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IA en el trabajo: ¿la revolución anunciada se queda en agua de borrajas?

La IA en el trabajo: ¿muchos clics, pocos avances (en el salario)?

Los chatbots potenciados por IA están invadiendo los espacios abiertos de oficina, pero su efecto en nuestros salarios y horas de trabajo sigue siendo sorprendentemente cercano a cero, revela un estudio danés.

¿Así que tu jefe te ha hablado de integrar ChatGPT o alguno de estos nuevos colegas virtuales a tu rutina? ¡No estás solo! Un reciente estudio realizado en Dinamarca, ese país donde se prueban con entusiasmo las novedades digitales antes que en otros lugares, ha analizado la llegada de las IA generativas –esas inteligencias artificiales capaces de producir texto, como los famosos chatbots– al mundo laboral. Y los resultados, publicados en un documento de trabajo de la Universidad de Chicago y la Universidad de Copenhague, dan qué pensar. Porque aunque estas herramientas se adoptan a toda velocidad, su impacto en el bolsillo de los empleados parece por ahora… digamos, discreto.

23/05/2025 01:05 Jérôme

Mi jefe me anima, mi IA me ayuda, pero ¿a mi banquero le da igual?

Primera observación: las empresas danesas no escatiman esfuerzos para hacernos amar los chatbots. Según el estudio que encuestó a 25,000 trabajadores en 11 profesiones particularmente expuestas a estas herramientas (desde contadores hasta periodistas, pasando por desarrolladores) a finales de 2023 y en 2024, la mayoría de los empleadores fomentan su uso. Mejor aún, cerca del 38% de las empresas implementan sus propios modelos de IA internos y el 30% de los empleados ya han recibido formación para domesticar a la bestia.

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Estos esfuerzos no son en vano: claramente impulsan la adopción de chatbots, reducen las desigualdades de acceso (por ejemplo, la brecha entre hombres y mujeres frente a la herramienta disminuye cuando la empresa promueve su uso), mejoran la utilidad de estos asistentes virtuales en el día a día e incluso dan lugar a nuevas tareas profesionales para aproximadamente el 8.4% de los trabajadores encuestados. La IA es como una navaja suiza nueva: aprendemos a usarla para cosas nuevas, a veces incluso para tareas que no imaginábamos.

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La gran paradoja: productividad en aumento, salario estable

Aquí es donde el estudio aporta su principal sorpresa. A pesar de todas estas inversiones y esta adopción masiva, los investigadores estimaron impactos económicos "precisamente nulos". En otras palabras, los chatbots de IA no han tenido ningún efecto significativo en los salarios o en el número de horas trabajadas en las profesiones estudiadas. Los intervalos de confianza de sus cálculos incluso descartan efectos superiores al 1%. Una cifra que contrasta con las promesas de transformación radical del mercado laboral.

¿Cómo explicar este casi inmovilismo? Los autores plantean dos razones principales:

Ganancias de productividad modestas: en promedio, los usuarios de chatbots reportan un ahorro de tiempo de aproximadamente el 2.8% de sus horas de trabajo. Es bueno, pero lejos de las ganancias del 15% al 50% observadas en algunos experimentos de laboratorio (los famosos RCTs, o ensayos controlados aleatorizados) que suelen citarse. Estos experimentos, explican los investigadores, a menudo se centran en tareas donde la IA destaca especialmente o no reflejan las condiciones reales de uso en empresas donde a veces faltan "inversiones complementarias" (como la reorganización del trabajo).

Un impacto mínimo en los salarios (lo que los economistas llaman "wage pass-through"): incluso cuando se ahorra tiempo, esto rara vez se traduce en un aumento en la nómina. Solo del 3% al 7% de las ganancias de productividad estimadas por los trabajadores se reflejan en sus ingresos.

El estudio destaca que las políticas activas de las empresas para fomentar e integrar la IA pueden mejorar tanto la productividad como este impacto en los salarios, pero el efecto general sigue siendo mínimo por ahora.

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Emergen nuevas tareas, pero (¿todavía?) no la fortuna

Un aspecto interesante es la creación de nuevas tareas. La llegada de la IA no solo modifica lo existente, sino que también genera nuevas necesidades: integrar la IA en los flujos de trabajo, ocuparse de cuestiones éticas y de cumplimiento relacionadas con su uso, o utilizar la IA para redacción de contenido o análisis de datos. Estas nuevas misiones, que incluso afectan a personas que no usan directamente las herramientas, son más frecuentes en empresas que promueven activamente la IA. Esto coincide con teorías económicas que sugieren que la automatización, aunque desplaza ciertos empleos, también puede "reinstituir" otros.

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¿Lo sabías?

El estudio danés utilizó un método estadístico llamado "diferencia en diferencias". Imagina que comparas dos grupos de personas (los que adoptan la IA y los que no) antes y después de la llegada de los chatbots. Este método permite aislar el efecto real de la IA controlando otros factores que podrían haber afectado diferentemente a ambos grupos. Es como querer medir el efecto de un nuevo fertilizante en plantas: comparas plantas con y sin fertilizante, asegurándote de que ambos grupos tenían la misma luz solar y cantidad de agua al principio.

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Entonces, ¿la IA es una revolución a cámara lenta?

Las conclusiones de este extenso estudio danés arrojan un jarro de agua fría a los discursos a veces apasionados sobre la transformación inminente del trabajo por la IA generativa. Si bien la adopción es rápida y las empresas invierten para desbloquear el potencial de estas tecnologías, los impactos económicos concretos en los trabajadores tardan en materializarse.

Los investigadores no descartan que las cosas cambien. Las inversiones de las empresas, la reorganización del trabajo y la aparición de nuevas tareas podrían, con el tiempo, alterar el panorama. Pero por ahora, como decía el economista Robert Solow sobre la revolución informática de los 80: "Se ven ordenadores en todas partes, menos en las estadísticas de productividad." La historia parece repetirse, al menos por el momento.

IA en el trabajo: tomar un café más

Una cosa es segura: si tu IA te ahorra tiempo, aprovéchalo para tomar un café más. En cuanto al aumento de sueldo, quizás haya que esperar un poco más... ¡o contar con una buena y antigua negociación salarial!

Fuente: Large Language Models, Small Labor Market Effects

Jerome

Experto en desarrollo web, SEO e inteligencia artificial, mi experiencia práctica en la creación de sistemas automatizados se remonta a 2009. Hoy en día, además de redactar artículos para descifrar la actualidad y los desafíos de la IA, diseño soluciones a medida e intervengo como consultor y formador para una IA ética, eficiente y responsable.

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