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¡Bájalo! : Estados Unidos despliega su artillería contra los deepfakes íntimos, entre protección y escalofríos de censura

Ley "Take It Down" en Estados Unidos: Análisis de la nueva legislación contra los deepfakes y las imágenes íntimas no consentidas.

Una nueva ley estadounidense, denominada "TAKE IT DOWN Act", promete enfrentar directamente la difusión de imágenes íntimas no consentidas, incluidos los temidos deepfakes. Aunque la intención es loable, ya hay voces que alertan sobre los riesgos para la libertad de expresión.

¿Alguna vez has sentido un escalofrío al pensar que una imagen tuya, terriblement íntima y personal, podría terminar expuesta a los ojos de todos en internet sin tu consentimiento? Es este flagelo, amplificado por el creciente poder de las inteligencias artificiales capaces de crear trucos más reales que la naturaleza, lo que Estados Unidos ahora pretende combatir con una nueva ley de nombre explícito: el "TAKE IT DOWN Act". Firmada el 19 de mayo de 2025 por el presidente Donald Trump, esta legislación tiene la ambición de proteger a las víctimas, pero también suscita viva preocupación en el pequeño mundo de las libertades digitales.

23/05/2025 05:04 Jérôme

NCII y "falsificaciones digitales": el enemigo designado

En el corazón de esta ley se encuentra la voluntad de abordar las "Non-Consensual Intimate Imagery" (NCII), que podríamos traducir como "imágenes íntimas no consensuadas". Piensen en el "revenge porn", esas fotos o videos íntimos difundidos por venganza tras una ruptura, pero también en cualquier imagen que revele la intimidad de una persona sin su autorización explícita. Es como si tu diario más secreto fuera repentinamente expuesto en la plaza pública digital.

Y luego está el nuevo monstruo digital: las "digital forgeries" o "falsificaciones digitales", término utilizado por la ley para referirse a los famosos deepfakes. Son esos montajes creados por inteligencia artificial, tan perfeccionados que resulta casi imposible distinguir lo real de lo falso. Imaginen un video de una persona real, mostrándola en una situación íntima que nunca vivió. ¿Aterrador, no? El "TAKE IT DOWN Act" criminaliza deliberadamente la publicación, o la amenaza de publicación, de estas imágenes, ya sean auténticas o completamente fabricadas por una IA.

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¿El "clic-clac" de la censura? 48 horas para borrarlo todo

¿Cómo funciona, concretamente? La ley establece un mecanismo de "notice-and-takedown", es decir, un sistema donde las víctimas pueden reportar contenido ilícito a las plataformas en línea. Estas —redes sociales, sitios web e incluso algunos sistemas de mensajería— tienen entonces 48 horas cronometradas para retirar el contenido señalado y hacer "esfuerzos razonables" para evitar la reaparición de copias idénticas. Un plazo muy corto que ha hecho arquear más de una ceja.

Organizaciones defensoras de las libertades digitales, como la Electronic Frontier Foundation (EFF), temen que esta presión temporal obligue a las plataformas a censurar en exceso, prefiriendo retirar contenido ante la mínima duda en lugar de arriesgar sanciones. Señalan definiciones consideradas demasiado amplias en la ley, que podrían arrastrar también contenidos legítimos como la sátira, el periodismo o incluso obras artísticas. Es como el principio de "ante la duda, abstente… de dejarlo en línea" que podría imponerse.

Un debate constitucional en perspectiva

La cuestión de la constitucionalidad de esta ley ya está en boca de todos. Expertos jurídicos, citados por medios como Lawfare, cuestionan la conformidad del texto con la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, que protege la libertad de expresión. Las críticas mencionan una falta de salvaguardias, comparables a las existentes en otras legislaciones como el DMCA (Digital Millennium Copyright Act) que rige los derechos de autor, y que están diseñadas para evitar abusos.

Un punto técnico incluso sembró dudas: ¿la definición de "imágenes íntimas visuales no consensuadas" utilizada para el procedimiento de retiro incluiría realmente los deepfakes? Tras analizar los textos legales referenciados (notablemente 18 U.S.C. 2256(5) y 15 U.S.C. 6851), resulta que la definición de "visual depiction" abarca claramente las imágenes generadas por computadora. Uf, el diablo no estaba (totalmente) en los detalles esta vez, pero la vigilancia sigue siendo necesaria en la interpretación general.

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La paradoja de los gigantes de la web

Hecho notable y, cuando menos, paradójico: muchos gigantes tecnológicos parecen apoyar esta ley. Nombres como Meta (Facebook, Instagram), Google, Microsoft, TikTok y X (antes Twitter) figuran entre los partidarios, según comunicados de prensa provenientes, por ejemplo, de la oficina de la congresista María Elvira Salazar o del Comité Senatorial de Comercio. Incluso la organización TechNet, que representa a CEOs del sector tecnológico, aplaudió la ley, calificándola de "paso crítico para proteger a las víctimas". Un apoyo que puede sorprender, dado que la ley les impone nuevas restricciones y que las asociaciones de libertades civiles claman al cielo.

La Primera Dama, Melania Trump, también respaldó activamente el proyecto, vinculándolo a su iniciativa "Be Best" enfocada en proteger a los niños en línea, como destacó la Casa Blanca. Esto otorgó un peso político considerable al texto, que de hecho fue aprobado con un amplio consenso bipartidista en el Congreso (unanimidad en el Senado y una abrumadora mayoría de 409 votos contra 2 en la Cámara de Representantes).

¿Lo sabías?

Durante un discurso en el Congreso en marzo de 2025, el propio presidente Trump habría mencionado, no sin un humor algo ácido según reportes de CTV News, que bien podría usar esta ley para sí mismo, dado el tratamiento negativo que consideraba recibir en línea. Una broma que hizo rechinar algunos dientes y avivó temores sobre una posible instrumentalización de la ley con fines políticos para silenciar críticas.

La FTC en primera línea, pero ¿con qué recursos?

Será la Federal Trade Commission (FTC), el equivalente estadounidense a nuestra autoridad de competencia y protección al consumidor, la encargada de vigilar que las plataformas cumplan sus nuevas obligaciones de retiro. Sin embargo, el presidente de la FTC, Andrew Ferguson, ya ha dado la voz de alarma: para aplicar esta ley (y otras nuevas responsabilidades), la agencia necesitaría una "reestructuración urgente de su infraestructura" y recursos adicionales significativos. Un gran desafío para una institución cuyo presupuesto no es infinitamente elástico.

Organizaciones como el Center for Democracy & Technology (CDT) también expresan preocupación por el impacto en los servicios de mensajería cifrada de extremo a extremo. Si estos servicios tuvieran que monitorear las comunicaciones para cumplir con la ley, podría significar el fin del secreto epistolar para muchos, incluyendo víctimas que usan estas herramientas para comunicarse con seguridad.

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Entonces, ¿escudo o espada de Damocles?

El "TAKE IT DOWN Act" es indudablemente una respuesta contundente a un problema doloroso y creciente. Ofrecer a las víctimas un medio de acción más directo y rápido contra la difusión de contenidos íntimos no consensuados, incluyendo esos aterradores deepfakes, es un avance que muchos celebran. RAINN, una importante organización contra la violencia sexual, por ejemplo, habló de una victoria para los sobrevivientes.

Sin embargo, la línea entre protección necesaria y censura abusiva suele ser delgada. Las críticas señalan que el infierno está empedrado de buenas intenciones y que, sin salvaguardias robustas, esta ley podría convertirse en una herramienta para acallar voces disidentes o simplemente retirar contenidos legales por exceso de precaución. Los próximos meses, y probablemente las primeras acciones legales, dirán si Estados Unidos ha encontrado el equilibrio correcto.

Una cosa es segura: en la batalla contra los excesos digitales, cada nueva arma legislativa nos obliga a reflexionar colectivamente sobre la sociedad que queremos construir. Y a veces, a verificar que el remedio no sea peor que la enfermedad. Apostemos a que los gatitos adorables, al menos, no corren peligro.

Jerome

Experto en desarrollo web, SEO e inteligencia artificial, mi experiencia práctica en la creación de sistemas automatizados se remonta a 2009. Hoy en día, además de redactar artículos para descifrar la actualidad y los desafíos de la IA, diseño soluciones a medida e intervengo como consultor y formador para una IA ética, eficiente y responsable.

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