La inteligencia artificial según Mary Meeker: lo que revela su nuevo informe BOND sobre una revolución en marcha

La inteligencia artificial ya no es una promesa lejana, está transformando todo más rápido de lo que podríamos haber imaginado. Un nuevo informe de Mary Meeker y su equipo en BOND analiza esta aceleración vertiginosa. Prepárense, porque avanza rápido, muy rápido.

Imaginen una tecnología que alcanza 100 millones de usuarios en apenas dos meses, mientras que a Netflix le tomó más de diez años. Este es el caso de ChatGPT, punta de lanza de una ola de IA que, según un extenso informe de mayo de 2025, «está creciendo materialmente más rápido» que cualquier cosa que hayamos visto, incluidos los inicios de Internet. Este documento, una verdadera mina de oro de datos y análisis, señala que «el ritmo y la magnitud del cambio asociados a la evolución de la tecnología de inteligencia artificial son, de hecho, sin precedentes». Los autores de este estudio no son otros que Mary Meeker, Jay Simons, Daegwon Chae y Alexander Krey, de la firma de capital de riesgo BOND, figuras reconocidas en el mundo de la inversión y el análisis tecnológico. Entonces, ¿qué está ocurriendo exactamente en el corazón de esta revolución?

Mary Meeker, la vigía de las tendencias tecnológicas

Antes de adentrarnos en los meandros de este informe de BOND, unas palabras sobre su principal arquitecta: Mary Meeker. Capitalista de riesgo estadounidense y fundadora de BOND, es una exanalista de Wall Street cuya experiencia en Internet y nuevas tecnologías es una autoridad. Muchos la conocen por su influyente informe anual "Internet Trends", esperado como el mesías por Silicon Valley durante años. Su visión sobre la IA es, por tanto, especialmente escrutada.

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La IA: un "turbo" sobre los rieles de Internet

Una de las primeras conclusiones del informe es que la IA actúa como un «multiplicador» (o "compounder" en inglés) sobre la infraestructura existente de Internet. Imagina Internet como una red ferroviaria mundial ya bien establecida, que conecta a 5.500 millones de personas. La IA es como el nuevo tren de alta velocidad que utiliza estas vías para difundir sus servicios a una velocidad increíble. ChatGPT, por ejemplo, alcanzó al 90% de sus usuarios actuales fuera de América del Norte en solo tres años, mientras que Internet tardó 23. Esta adopción global y casi instantánea es una primicia.

La paradoja de los costes: el entrenamiento se dispara, el uso se desploma (o casi)

Adentrémonos en la sala de máquinas económicas de la IA. El informe destaca una dinámica fascinante y algo paradójica:

• Entrenar IA cuesta un ojo de la cara (pronto dos): Desarrollar los modelos de IA más potentes, como los famosos LLM (Large Language Models – modelos de lenguaje capaces de comprender y generar texto), se ha convertido en uno de los esfuerzos más caros de la historia. Hablamos de cientos de millones de dólares por modelo hoy, y Dario Amodei, el jefe de Anthropic, estima que el entrenamiento de modelos de 10.000 millones de dólares podría comenzar en 2025.
• Usar una IA es (casi) gratis: Paralelamente, el coste para usar estos modelos una vez entrenados – lo que se llama coste de inferencia – cae de manera espectacular. El documento cita una caída del 99,7% en dos años para el coste de inferencia por millón de "tokens" (las pequeñas unidades de texto que la IA manipula). Es como si el precio del billete de tren de alta velocidad bajara drásticamente tras la costosa construcción de la línea. Esta caída se debe a los avances en chips especializados (los GPU, o procesadores gráficos) y a la mayor eficiencia de los algoritmos.

Esta brecha crea una situación donde «el entrenamiento es caro, el servicio se abarata, y el poder de fijación de precios se erosiona». Un verdadero rompecabezas para la rentabilidad de los proveedores de IA, aunque la buena noticia es que esto hace la IA accesible a un número creciente de desarrolladores y usuarios.

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La carrera desenfrenada de los "Big Six" y el ascenso de China

Los gigantes tecnológicos no se quedan mirando, invierten masivamente. Los "Big Six" estadounidenses (Apple, NVIDIA, Microsoft, Alphabet, Amazon (AWS) y Meta) vieron sus gastos de inversión (CapEx) dispararse un 63% en un año, alcanzando 212.000 millones de dólares en 2024. Estos gastos, que ahora representan el 15% de sus ingresos frente al 8% hace diez años, están impulsados en gran medida por la IA. Amazon AWS, por ejemplo, vio su CapEx en porcentaje de ingresos pasar del 4% en 2018 (era inicial de la nube) al 49% en 2024 para construir su infraestructura IA/ML.

Pero la competencia es global. El informe subraya que China es un actor clave, creciendo a una velocidad notable, especialmente en modelos de código abierto. En 2023, China ya había instalado más robots industriales que el resto del mundo (excluyendo EE.UU.). Y si miramos el número de sistemas de IA "a gran escala" (los que requieren enorme potencia de cálculo para su entrenamiento), EE.UU. y China dominan ampliamente, dejando al resto del mundo muy atrás. El estudio incluso menciona una "carrera espacial" de la IA, donde el liderazgo tecnológico podría generar liderazgo geopolítico.

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La IA y nosotros: ¿hacia una nueva forma de trabajar?

La IA no solo bate récords de velocidad de adopción, redefine el trabajo. Las ofertas de empleo relacionadas con IA en EE.UU. aumentaron un 448% en siete años (entre enero 2018 y abril 2025), mientras que los empleos en TI no relacionados con IA cayeron un 9% en el mismo periodo. Como dice Jensen Huang, CEO de NVIDIA, citado en el documento: «No perderás tu trabajo por una IA, sino por alguien que usa IA». Incluso podría, según él, ayudar a cubrir el déficit de mano de obra y aumentar el PIB mundial al hacer la tecnología accesible, pues la IA «hablará el idioma que quieras».

El documento también cita una observación de 1999 de Vint Cerf, uno de los "padres de Internet", quien decía que un año en Internet equivalía a siete años "normales". Hoy, el estudio sugiere que la IA evoluciona aún más rápido, y que «las máquinas podrían dejarnos atrás».

Un tren de alta velocidad a toda máquina, ¿pero hacia qué destino?

El informe pinta una revolución tecnológica de escala y velocidad sin precedentes. La IA, impulsada por inversiones colosales y avances fulgurantes, se infiltra en todas las capas de la sociedad, del laboratorio al smartphone, pasando por fábricas y oficinas. Las cifras marean: crecimiento exponencial de usuarios, datos, capacidad de cálculo, pero también de costes para los modelos más avanzados.

Si los beneficios potenciales son enormes –liberar a la humanidad de tareas repetitivas, acelerar la ciencia, conectar a los últimos miles de millones con información enriquecida–, las incertidumbres persisten. La rentabilidad de los modelos actuales, la competencia feroz entre gigantes tecnológicos y estados, y la evolución del trabajo son preguntas urgentes.

Una cosa es segura, como concluye el estudio: «el genio no volverá a la botella». Así que, ¿listos para el viaje? Parece que ya estamos todos a bordo.